Plaquetas

El Viaje de las Plantas y El Ultraje


Cosas que escapan.

...Nunca habia visto en acción a una topadora.
Cuando hablaba del desbosque, hablaba siempre
del hachero, de su esfuerzo obligado, y al mismo
tiempo del soportar el estoico del bosque.
¡ Como una hemandad dolida... hombre-árbol !.


Cosas que escapan.

De tanto andar está vieja,
la copla que quiero darles.
De lejos viene una queja
sudando en los quebrachales.

Luce fuerte... el hachero.
Con su jornal ajustado.
Donde se agrietan los vientos...
vive ocultando su llanto.

Mientras se muere el árbol,
mudo habitante del monte.
Se va matando a cansancios,
tambien la vida del hombre.

Y la vida, tal vez sea monte,
con sueños de subsistencia.
Donde se defiende el hombre...
¡ Como animal de una selva !.

Lustros... de vida que
las hachas van destrozando.
Y el árbol es como el hombre...
¡ Aguanta el dolor soñando !.

La madera también muere...
y el hachero se va matando.
¡ Y... los hachazos le duelen,
está matando un hermano !.

El bosque... yace ultrajado,
por la dureza del hacha.
Contempla... como soñando,
dos... ¡Cosas que se le escapan !
¡ Hombre... y árbol !.

Juan Miguel Russo
Año 1975


El Viaje de las Plantas

... Nunca habia visto, en acción a una topadora. ¡ Nunca la había visto !...
¡ Una máquina, con una pala enorme arrancando, de raíz, a las plantas. Pasándolas por encima, con orugas que destrozan. Al mismo tiempo... arrastraba dos tambores cilíndricos de acero, con un peso de miles de kilogramos cada uno.
Estos cilindros pedaceaban en minutos, con su balanceo, lo que la naturaleza contruyó... en décadas o siglos.
Topadoras... manejadas, por hombres silenciosos. Desprovistos de saludos, y que habian llegado en Sábado a la tarde... y se marcharon el Lunes.
... Al ver todo, cubierto por las ramas. Los caminos a las casas, borrados, hasta el asombro.
Será... pensé. ¡ El Reino del Vieneto !
No tendremos ya... la cortina vegetal.
Ya no hablaremos de cosecha de miel en el monte. Ni de la alegría, que brilla en las hojas... Depués de las lluvias. Tampoco nuestra piel tendrá el frescor de las sombras.
Quedamos... Rebajados. Desprotegidos, Iguales.
Lejos de las pertenencias materiales y de los títulos, aquí todo será... simplemente, como es.
Todos, saldremos, si queremos... no perder. A enamorar semillas... a seducir tiempos vegetales.
Mientras morimos de nostalgia... ¡ Por el viaje de las plantas !.




El Ultraje

Nosotros tenemos...
por herencia, este mundo.
La tierra, el aire,
el sol... somos uno.

Creación...
Armonía... Vida.
Amamos, la sombra de las plantas,
a... partir de la semilla.

Entonces... sentimos,
¡ El dolor de la tierra !.
El silencio... del hombre
¡ Cuando llegan !.

¡ Topadoras siniestras !,
... Destrozando,
el bosque...
en pedazos.

Casualmente... y en Domingo
borrarán... los caminos de siempre.
(¡ No se pondrán jamás...
en el lugar de la gente !.).

¡ Foraneos...
con historias conocidas !.
Desarrollo, bienestar,
¡ Expresiones repetidas !.

¡ No dejarán... ni tocar la leña !
y... después de las plantas,
querrán arrancar, los horcones y...
cimientos de los ranchos y las casas.

Pedirán que nos vayamos,
a esperar que regresen de nuevo.
En otro lugar, con decires,
y promesas de progreso.

Nosotros, Señores, somos mundo.
Estamos, desde siempre
integrados al paisaje.
Nos molesta... nos fastidia.
Tanto... tanto ¡ Este Ultraje !.

Juan Miguel Russo
de Fernández. En Quimili. S.E.
Rep. Arg. 19-11-03